Diferencia entre ortografía y gramática

La ortografía es el estudio de las normas que rigen la correcta escritura de las palabras. Es una disciplina formal, en el sentido de atender, justamente, a un aspecto «exterior o de forma» del lenguaje. Para una lectura profunda acerca de su estudio, recomendamos el siguiente artículo

¿Qué estudia la ortografía española? 

La gramática, en cambio, estudia a las palabras desde un punto de vista más profundo. En concreta, la estructura de como se relacionan los diferentes tipos de palabras entre sí y sus correspondientes significados.

¿Salir para afuera esta bien dicho? Ortografía y redacción

La respuesta es: sí, esta bien dicho. Pero el uso escrito no es admisible.

En el libro Las 500 dudas más frecuentes del español, encontramos que «estas expresiones: subir para arriba, bajar para abajo, entrar adentro, salir afuera, son
admisibles en el uso oral y coloquial de la lengua, donde se utilizan generalmente con valor expresivo o enfático, pero debemos evitarlas en los textos escritos.

Fuente:  Las 500 dudas más frecuentes del español. Instituto Cervantes.

Ejemplos cortos de memorias literarias

La memoria literaria es una obra en prosa de no ficción, caracterizado por el relato del propio autor acerca de su vida.

A continuación, presentamos ejemplos cortos de memorias literarias famosas:

El pez en el aguaMario Vargas Llosa.

Cuando teníamos algún dinero, en vez de ir a los chinos de La Colmena, íbamos a un sitio
de bohemia chic: el Negro-Negro. En ese sótano de los portales de la plaza San Martín yo me sentía en el soñado París, en una de esas caves en las que cantaba, allá, Juliette Gréco, escuchada por los escritores existencialistas. El Negro-Negro era una boîte con empaque intelectual; en ella se daban funciones de teatro y recitales y se oía música francesa. Al amanecer, en sus mesitas diminutas y entre sus paredes con carátulas de The New Yorker, se concentraba una fauna exquisita y estrafalaria: pintores como Sérvulo Gutiérrez, que había sido boxeador y que, allí, contaban, una noche había desafiado a un militar a trompearse encerrados en un taxi; actores, actrices o músicos que salían de sus funciones, o, simplemente, bohemios y noctámbulos de corbata y saco. Fue allí, una noche de muchas cervezas, en que un arequipeño, llamado Velando, me hizo probar la «pichicata», asegurándome que, si aspiraba esos polvitos blancos, se me desaparecerían de golpe y
porrazo los vapores del alcohol y me quedaría fresco y dispuesto para el resto de la noche. En verdad, la «pichicata», por exceso de dosis, o por alergia constitutiva, me produjo una
sobreexcitación nerviosa, un desasosiego y malestar peores que los muñecos de la borrachera y me quitó las ganas de repetir esa experiencia con drogas. (Ese jalón de cocaína tendría una melodramática resurrección, cuarenta años más tarde, durante la campaña electoral de 1990

Confieso que he vivido. Pablo Neruda

Mi gobierno me mandaba a México. Lleno de esa pesadumbre mortal producida por tantos dolores y desorden, llegué en el año 1940 a respirar en la meseta de Anahuac lo que Alfonso Reyes ponderaba como la región más transparente del aire.
México, con su nopal y su serpiente; México florido y espinudo, seco y huracanado, violento de dibujo y de color, violento de erupción y creación, me cubrió con su sortilegio y su luz sorpresiva. Lo recorrí por años enteros de mercado a mercado. Porque México está en los mercados. No está en las guturales canciones de las películas, ni en la falsa charrería de bigote y pistola. México es una tierra de pañolones color carmín y turquesa fosforescente. México es una tierra de vasijas y cántaros y de frutas partidas bajo un enjambre de insectos. México es un campo infinito de magüeyes de tinte azul acero y corona de espinas amarillas.
Todo esto lo dan los mercados más hermosos del mundo. La fruta y la lana, el barro y los telares, muestran el poderío asombroso de los dedos mexicanos fecundos y eternos.

Mi país inventado. Isabel Allende.

Aquella reunión familiar no sólo era buena ocasión para comer y beber con gula, sino

Isabel Allende

también para pelear con saña. Al segundo vaso de pisco sour los gritos y los insultos entre mis parientes se oían por todo el barrio. Después partía cada cual por su lado jurando no volver a hablarse, pero al domingo siguiente nadie se atrevía a faltar, mi abuelo no lo habría perdonado.

Entiendo que esta perniciosa costumbre se ha mantenido en Chile, a pesar de lo mucho que se ha evolucionado en otros aspectos. Siempre me espantaron esas reuniones obligatorias, pero resulta que ahora, en la madurez de mi existencia, las he reproducido en California. Mi fin de semana ideal es tener la casa llena de gente, cocinar para un regimiento y acabar el día discutiendo a voz en cuello.

Las peleas entre parientes se mantenían en privado. La privacidad es un lujo de las clases pudientes, porque la mayor parte de los chilenos no la tiene.

Las familias de la clase media para abajo viven en promiscuidad, en muchos hogares duermen varias personas en la misma cama. En caso que exista más de una habitación, los tabiques divisorios son tan delgados, que se oyen hasta los suspiros en la pieza de al lado. Para hacer el amor hay que esconderse en sitios inverosímiles: baños públicos, debajo de los puentes, en el zoológico, etc. En vista de que la solución al problema habitacional puede demorar veinte años, con suerte, se me ocurre que el Gobierno tiene la obligación de proporcionar moteles gratuitos para parejas desesperadas, así se evitarían muchos problemas mentales.

 

 

¿Qué es el género ensayístico?

Con la expresión género ensayístico se hace referencia a la obra escrita de no ficción, «ensayos», caracterizada por expresar un pensamiento personal y en base a argumentos acerca de un tema.

Un ensayo es lo contrario es un escrito formal o científico. Su principal rasgo, y por eso apreciado y utilizado por muchos, es la libertad de expresión que concede al escritor.

Aunque no existe una clasificación taxativa de los tipos de ensayos, algunos autores los dividen acorde al tema que tratan, por eso hay ensayos filosóficos, ensayos sobre temas sociales, de salud o económicos. Otro grupo importante son los ensayos literarios, caracterizados por el cuidado en el estilo del lenguaje.

Ortega y Gasset, gran ensayista español, señala que «El ensayo es la ciencia, menos la prueba explicita».

Nos da a entender que, aunque el ensayo pueda tener una estructura o no formal (todo depende del escritor), el ensayista no está obligado a demostrar científicamente lo que está explicando. Lo importante, es que resalte su pensamiento a través de una voz propia y que pueda generar un impacto en el lector.

Para una lectura adicional, se recomienda: ¿Qué es un ensayo? (artículo que profundiza en el género)

Ejemplo de un libro de memorias

Un libro de memorias es un género literario de no ficción caracterizado por el relato personal del autor acerca de varios aspectos de su vida.

El autor Ricardo Sánchez señala que las memorias constituyen la realización escrita de los principales recuerdos del autor sobre su vida, su entorno más inmediato, la la época, sus personajes más significativos…

Ejemplo de un libro de Memorias: Confieso que he vivido. Pablo Neruda

Comenzaré por decir, sobre los días y años de mi infancia, que mi único personaje
inolvidable fue la lluvia. La gran lluvia austral que cae como una catarata del Polo,
desde los cielos del Cabo de Hornos hasta la frontera. En esta frontera, o Far West
de mi patria, nací a la vida, a la tierra, a la poesía y a la lluvia.
Por mucho que he caminado me parece que se ha perdido ese arte de llover que se
ejercía como un poder terrible y sutil en mi Araucanía natal. Llovía meses enteros,
años enteros. La lluvia caía en hilos como largas agujas de vidrio que se rompían en
los techos, o llegaban en olas transparentes contra las ventanas, y cada casa era
una nave que difícilmente llegaba a puerto en aquel océano de invierno.

Ejemplo de un libro de Memorias: El pez en el agua. Mario V.Llosa

Mi mamá me tomó del brazo y me sacó a la calle por la puerta de servicio de la prefectura.
Fuimos caminando hacia el malecón Eguiguren. Eran los últimos días de 1946 o los primeros de 1947, pues ya habíamos dado los exámenes en el Salesiano, yo había terminado el quinto de primaria y ya estaba allí el verano de Piura, de luz blanca y asfixiante calor.
—Tú ya lo sabes, por supuesto —dijo mi mamá, sin que lo temblara la voz—. ¿No es cierto?
—¿Qué cosa?
—Que tu papá no estaba muerto. ¿No es cierto?
—Por supuesto. Por supuesto.
Pero no lo sabía, ni remotamente lo sospechaba, y fue como si el mundo se me paralizara de sorpresa. ¿Mi papá, vivo? ¿Y dónde había estado todo el tiempo en que yo lo creí muerto? Era una larga historia que hasta ese día —el más importante de todos los que había vivido hasta entonces y, acaso, de los que viviría después— me había sido cuidadosamente ocultada por mi madre, mis abuelos, la tía abuela Elvira —la Mamaé— y mis tíos y tías, esa vasta familia con la que pasé mi infancia, en Cochabamba, primero, y, desde que nombraron prefecto de esta ciudad al abuelo Pedro, aquí, en Piura. Una historia de folletín, truculenta y vulgar, que —lo fui descubriendo después, a medida que la reconstruía con datos de aquí y allá y añadidos imaginarios donde resultaba imposible llenar los blancos— había avergonzado a mi familia materna (mi única familia, en verdad) y destruido la vida de mi madre cuando era todavía poco más que una adolescente.

Ejemplo de un libro de memorias: Isabel Allende

Mi primer recuerdo de Chile es una casa que no conocí. Ella fue la protagonista de mi primera novela, La casa de los espíritus, donde aparece como la mansión que alberga a la estirpe de los Trueba. Esa familia ficticia se parece en forma alarmante a la de mi madre; yo no podría haber inventado personajes como aquéllos. Además no era necesario, con una familia como la mía no se requiere imaginación. La idea de la «gran casa de la esquina»,
que figura en el libro, surgió de la antigua residencia de la calle Cueto, donde nació mi madre, tantas veces evocada por mi abuelo, que me parece haber vivido en ella. Ya no quedan casas así en Santiago, han sido devoradas por el progreso y el crecimiento demográfico, pero todavía existen en las provincias. Puedo verla: vasta y somnolienta, decrépita por el uso y el abuso, de techos altos y ventanas angostas, con tres patios, el primero de naranjos y jazmines, donde cantaba una fuente; el segundo con un huerto enmalezado y el tercero, un desorden de artesas de lavado, perreras, gallineros
e insalubres cuartos de empleadas, como celdas de una mazmorra.
Para ir al baño por la noche había que salir de excursión con una lámpara, desafiando las corrientes de aire y las arañas, haciendo oídos sordos al crujir de las maderas y las carreras de los ratones

 

Diferencia entre ensayo y resumen

El ensayo es un escrito personal y argumentado sobre  un tema. Tiene la finalidad de convencer al lector de las ideas transmitidas

Un resumen  es un escrito que solo contiene lo más importante de una obra determinada.

Por tanto, la diferencia entre ensayo y resumen es que, en el género ensayístisco existe una opinión personal y razonada por parte de su autor. En cambio, el resumen no se caracteriza por expresar un pensamiento propio, ya que su función es enumerar ciertos aspectos resaltantes.

Por ejemplo, se puede escribir un ensayo sobre una película. En el escrito, el autor argumenta acerca de los aspectos que le pareció más llamativo y lo que, en general, le ha gustado del filme. Un resumen, en cambio, se limitaría únicamente a describir el argumento o la historia, sin incluir una valoración personal.

Definiciones según el diccionario Oxford y de la RAE

Resumen

Diccionario Oxford: 

Exposición breve, oral o escrita, de las ideas principales o partes de un asunto o materia.

Diccionario RAE:

Exposición resumida de un asunto o materia.
Definición de resumir: Reducir a términos breves y precisos, o considerar tan solo y repetir abreviadamente lo esencial de un asunto o materia

Ensayo

Diccionario Oxford: 

Obra literaria en prosa, generalmente de corta extensión, en la que el autor expone sus propias ideas acerca de un asunto o tema general, pero sin la extensión y aparato de un tratado.

Diccionario RAE

Escrito en prosa en el cual un autor desarrolla sus ideas sobre un tema determinado con carácter y estilo personales.

Ejemplo de ensayo sobre la película «El hombre que conocía el infinito»

La película «El hombre que conocía el infinito» narra las peripecias, y los impresionantes logros en el campo de la matemática de Srinivasa Ramanujan.  Para personas ajenas al mundo de los números, el filme puede parecer una simple historia biográfica sobre un genio indio que tuvo que abandonar su tierra para luchar por sus sueños.

No existen sorpresas en la trama narrativa de este «hombre infinito». La historia en sí del protaganosita, es, sin duda, el aspecto que más llama la atención y que seguramente mantendrá la atención de más de uno. Sin embargo, quizá la forma en como es contada parezca, en exceso, conservador. 

Ejemplo de resumen sobre la película «El hombre que conocía el infinito»

La película narra la vida del matemático indio Srinivasa Ramanujan. Se trata de un académico  cuyas teorías fueron revolucionarias en aquel tiempo. Nace en Madras (India) en un ambiente humilde. Ya desde joven destacó por su habilidad con los números y un tiempo después, logra ser admitido en la Universidad de Cambridge

La película transcurre durante la Primera Guerra Mundial, por lo que tendrá que dejar atrás a su familia y a su prometida para viajar a Reino Unido y cumplir su sueño. Allí se convertirá en un pionero en el campo de las teorías matemáticas gracias a la ayuda de su excéntrico profesor, G.H. Hardy, pero también tendrá que hacer frente a los prejuicios y el racismo.

 

Fuentes consultadas:

Diccionario de la RAE

Diccionario Oxford en línea

Expresiones dudosas: «loca de contento» es mejor que «loca de contenta»

Lo que señala el Diccionario panhispánico de dudas:

Forma parte de la expresión ponderativa loco de contento, que significa ‘muy contento’:

Ejemplos:

«¿Y no se puso loca de contento con el broche de oro que le regalaste?» (Piñera Niñita [Cuba 1992]). En esta expresión, equivalente a loco de alegría, la palabra contento es un sustantivo (y no el adjetivo contento, -ta); por tanto, debe permanecer invariable aunque el referente sea femenino o plural: loca de contento, locos de contento, locas de contento.

Expresiones incorrectas:

 no loca de contenta, locos de contentos, locas de contentas.

¿Es correcto decir «Sube para arriba»?

La expresión «Sube para arriba» significa ‘recorrer yendo hacia arriba’. Por tanto, es redundante, pero su uso es admisible. 

El texto «Las 500 dudas más frecuentes del español» señala que estas expresiones: subir para arriba, bajar para abajo, entrar adentro, salir afuera, son admisibles en el uso oral y coloquial de la lengua, donde se utilizan con valor expresivo o enfático. Sin embargo, deben ser evitadas en el uso escrito.

 

Fuente:  «Las 500 dudas más frecuentes del español» . Instituto Cervantes.