Cómo escribir la introducción de un ensayo

Un buen párrafo de introducción es a la vez interesante e informativo. Los objetivos principales de la introducción de un ensayo son:

  • Capta la atención y el interés de tu lector.
  • Dar contexto y antecedentes sobre su tema.
  • Establece el enfoque y el propósito de tu ensayo.

Ejemplo de buena introducción de un ensayo

La división internacional del trabajo consiste en que unos países se especializan en ganar y otros en perder. Nuestra comarca del mundo, que hoy llamamos América Latina, fue precoz: se especializó en perder desde los remotos tiempos en que los europeos del Renacimiento se abalanzaron a través del mar y le hundieron los dientes en la garganta.

Extracto del ensayo «Las venas abiertas de América latina», de Eduardo Galeano.

Engancha a tu lector

La primera oración establece el tono para todo el ensayo, así que dedique algo de tiempo a escribir un anzuelo efectivo. Evite oraciones largas y densas: comience con algo claro, conciso y pegadizo, y asegúrese de que sea directamente relevante para lo que sigue. Algunas estrategias para escribir un gancho incluyen:

  • Un hecho sorprendente o estadística
  • Una pregunta
  • Una cita
  • Una breve anécdota
  • Un resumen amplio


Siempre evite clichés y generalizaciones:

  • Definiciones de diccionario
  • Afirmaciones radicales que usan palabras como «siempre» o «en todas partes»


Al escribir la introducción del ensayo no se preocupe demasiado por encontrar un gancho enormemente creativo o emocionante. Lo fundamental es que su primera oración incentive a su lector a una lectura completa de la obra al mismo que le proporciona una idea concisa y clara de lo que se tratará.

Contextualiza el tema


Luego, brinde a su lector la información básica que necesita para comprender su tema y argumento. Dependiendo del tema de su ensayo, esto podría incluir:

  • Contexto histórico, geográfico o social
  • Definiciones de términos desconocidos
  • Un resumen de los debates académicos, teorías o investigaciones actuales.


La información que proporcione debe ser amplia pero claramente enfocada y relevante para su argumento.
No es necesario brindar demasiados detalles: basta con mencionar puntos a los que volverá más adelante, pero guarde su evidencia e interpretación para el cuerpo principal del ensayo.

La cantidad de espacio que necesita para el fondo depende de su tema y del alcance de su ensayo. En nuestro ejemplo, el escritor toma un par de oraciones para presentar el tema y esbozar el contexto social que abordará el ensayo.

Establecer un punto de vista. Argumentos


Ahora es el momento de reducir su enfoque y mostrar lo que su ensayo pretende hacer. Esta es su declaración de tesis: una o dos oraciones que resumen su enfoque y argumento general. Esta parte del párrafo de introducción es importante para establecer los límites de su ensayo y dejar que el lector sepa exactamente qué aspecto del tema abordará.

La declaración de tesis a menudo toma la forma de un argumento fuerte para una posición particular. Pero en ensayos expositivos o analíticos, es más como un mapa de los puntos centrales que el ensayo demostrará y analizará.

Verificar y revisar


A medida que investigas y escribes, tu argumento puede cambiar el enfoque o la dirección de tu ensayo. Por esta razón, es una buena idea esperar hasta más adelante en el proceso de escritura antes de escribir el párrafo de introducción; incluso puede ser lo último que escriba.

Ya sea que escriba su introducción primero, último o en algún punto intermedio, debe volver a ella y verificar que coincida con el contenido del ensayo. Asegúrese de haber incluido solo la información necesaria y relevante.

Más ejemplos de introducción de un ensayo

El hecho de las aglomeraciones Hay un hecho que, para bien o para mal, es el más importante en la vida pública europea de la hora presente. Este hecho es el advenimiento de las masas al pleno poderío social. Como las masas, por definición, no deben ni pueden dirigir su propia existencia, y menos regentar la sociedad, quiere decirse que Europa sufre ahora la más grave crisis que a pueblos, naciones, culturas, cabe padecer. Esta crisis ha sobrevenido más de una vez en la historia. Su fisonomía y sus consecuencias son conocidas. También se conoce su nombre. Se llama la rebelión de las masas.

Ensayo «La revelión de las masas», de José Ortega y Gasset.

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