La memoria literaria es el relato de la vida de una persona escrito por ella misma. Las memorias literarias son obras en prosa y con una finalidad artística.
Características de la memoria literaria
- Es un escrito prosa
- Obra literaria de no ficción. Aunque esto no significa que el relato hecho por el autor sea siempre fiable. Es por sobre todo, un género libre
- Utilización frecuente de figuras literarias
Ejemplos de memorias literarias
Las memorias de Stephen Hawking: Breve historia de mi vida
Mi padre, Frank, procedía de una familia de agricultores con propiedades en Yorkshire (Inglaterra). Su abuelo —mi bisabuelo John Hawking— era un granjero adinerado, pero
compró demasiadas granjas y se arruinó con la depresión agrícola que se produjo a principios del siglo xx. Su hijo nRobert —mi abuelo— intentó ayudar a su padre, pero también quebró. Afortunadamente, la esposa de Robert era propietaria de una casa en Boroughbridge en la que dirigía una escuela, lo que reportaba unos pequeños ingresos. Así
lograron enviar a su hijo a Oxford, donde estudió medicina.
Mi padre obtuvo una serie de becas y premios que le permitieron enviar dinero a sus padres. Luego se inició en la investigación en medicina tropical, y en 1937 viajó al este
africano para continuar con sus investigaciones. Al estallar la guerra realizó un viaje por tierra por África y descendió el río Congo para regresar en barco a Inglaterra, donde se presentó voluntario para el servicio militar. Sin embargo, le dijeron que era más valioso en la investigación médica.
Memorias de George Orwelll; Homenaje a Cataluña
En realidad, los reclutas novatos no recibían adiestramiento militar alguno que
pudiera servirles para algo. Se me había dicho que los extranjeros no estaban obligados a
tomar parte en la «instrucción» (observé que los españoles tenían la conmovedora creencia
de que todos los extranjeros sabían más que ellos sobre asuntos militares), pero,
naturalmente, me presenté junto con los demás. Sentía gran ansiedad por aprender a utilizar una ametralladora; era un arma que nunca había tenido oportunidad de manejar. Con desesperación descubrí que no se nos enseñaba nada sobre el uso de armas. La llamada instrucción consistía simplemente en ejercicios de marcha del tipo más anticuado y
estúpido: giro a la derecha, giro a la izquierda, media vuelta, marcha en columnas de a tres, y todas esas inútiles tonterías que aprendí cuando tenía quince años. Era una forma
realmente extraordinaria de adiestrar a un ejército de guerrillas. Evidentemente, si se cuenta con sólo pocos días para adiestrar a un soldado, deben enseñársele las cosas que le serán nmás necesarias: cómo ocultarse, cómo avanzar por campo abierto, cómo montar guardia y construir un parapeto y, por encima de todo, cómo utilizar las armas.