Ensayos cortos de Miguel de Unamuno

Miguel de Unamuno fue un célebre escritor  y filosofo español perteneciente a la generación del 98. Los ensayos cortos de Unamuno que aquí se presentan, tienen la intención de brindar un acercamiento a la obra del escritor español.

A continuación, reproducimos algunos fragmentos de sus más conocidos ensayos

Ensayo «En torno al casticismo»

«Tomo aquí los términos castizo y casticismo en la mayor amplitud de su sentido corriente.
Castizo, deriva de casta, así como casta del adjetivo casto, puro. Se aplica de ordinario el vocablo casta á las razas ó variedades puras de especies animales, sobro todo domésticas, y así es como se dice de un perro que es « de buena casta », lo cual originariamente equivalía a decir que era de raza pura, íntegra, sin mezcla ni mesticismo alguno. De este modo castizo viene a ser puro y sin mezcla de elemento extraño. Y si tenemos en cuenta que lo castizo se estima como cualidad excelente y ventajosa, veremos cómo en el vocablo mismo viene enquistado el prejuicio antiguo, fuente de miles de errores y daños, de creer que las razas llamadas puras y tenidas por tales son superior á las mixtas, cuando es cosa probada, por ensayos en castas de animales domésticos y por la historia además, que si bien es dañoso y hasta infecundo á la larga todo cruzamiento de razas muy diferentes, es, sin embargo, fuente de nuevo vigor y de progreso todo cruce de castas donde las diferencias no preponderen demasiado sobre el fondo de común analogía.
Se usa lo más á menudo el calificativo de castizo para designar á la lengua y al estilo. Decir en España que un escritor es castizo, es dar á entender que se le cree más español que á otros.

Ensayo «Por tierras de Portugal y España»

Alguna vez he escrito, hablando del socialismo, que comprendo muy bien se haga uno socialista por amor a los ricos tanto como por amor a los pobres, pues lo que liberte a éstos de su pobreza libertará de su riqueza a aquéllos. Y así comprendo que en las convicciones republicanas de alguien entre por algo un cierto sentimiento de compasión hacia los pobrecitos reyes, tomando en cuenta que aquello que liberte a los buenos pueblos de los malos reyes, libertará a los buenos reyes de los malos pueblos.

Y es tal la condición de los reyes, que nadie estima los atentados de que son objeto al mismo nivel que cualquier otro atentado a un particular. «Son gajes del oficio», dicen que dijo don Alfonso XII después de uno de los atentados contra él dirigidos. Aun considerado como crimen el regicidio, hay que convenir en que la mayoría de las veces es un crimen de derecho público, no de derecho privado.

Y en este caso concreto del regicidio de don Carlos, no se debe perder de vista que se ha llevado a cabo en un pueblo como Portugal, donde está abolida hace tiempo la pena de muerte y donde ha llegado a haber disturbios públicos para impedir que se ejecutara a un condenado a ella. Es una prueba más de lo que es la ira del manso.

En ese pueblo dulce, apacible, sufrido y resignado, pero lleno por dentro de pasión, los crímenes de sangre son raros, muy raros, rarísimos, pero entre los que ocurren suele haberlos mucho más atroces y violentos que aquí, en España, donde, por desgracia, son tales crímenes más frecuentes, mucho más frecuentes que allí.

No me cabe duda de que a más de un lector habrá de parecerle un poco implacable y no del todo piadoso este epitafio. Creo, sin embargo, que la suprema piedad es la de la verdad, y he procurado decir lo que dentro de dos, de cuatro o de veinte años diría sobre esta muerte. Un rey es siempre un sujeto histórico, tal como esto entendemos. Y el dolor que su muerte causa, aun en sus parientes, deudos y amigos –cuando los tiene verdaderos–, es un dolor histórico, o, mejor dicho, es un dolor litúrgico y oficial. Al ponerles el terrible Hado fuera de la condición general doméstica de los demás hombres, les ha puesto fuera de los comunes sentimientos domésticos.

Del sentimiento trágico de la vida de Miguel de Unamuno

Homo sum: nihil humani a me alienum puto, dijo el cómico latino. Y yo diría más bien, nullum hominem a me alienum puto; soy hombre, a ningún otro hombre estimo extraño. Porque el adjetivo humanus me es tan sospechoso como su sustantivo abstracto humanitas, la humanidad. Ni lo humano ni la humanidad, ni el adjetivo simple, ni el sustantivado, sino el sustantivo concreto: el hombre. El hombre de carne y hueso, el que nace, sufre y muere -sobre todo muere-, el que come y bebe y juega y duerme y piensa y quiere, el hombre que se ve y a quien se oye, el hermano, el verdadero hermano. Porque hay otra cosa, que llaman también hombre, y es el sujeto de no pocas divagaciones más o menos científicas. Y es el bípedo implume de la leyenda, el zoon politikon de Aristóteles, el contratante social de Rousseau, el homo oeconomicus de los manchesterianos, el homo sapiens de Linneo o, si se quiere, el mamífero vertical. Un hombre que no es de aquí o de allí ni de esta época o de la otra, que no tiene ni sexo ni patria, una idea, en fin. Es decir, un no hombre.

El nuestro es otro, el de carne y hueso; yo, tú, lector mío; aquel otro de más allá, cuantos pensamos sobre la Tierra.

Y este hombre concreto, de carne y hueso, es el sujeto y el supremo objeto a la vez de toda filosofía, quiéranlo o no ciertos sedicentes filósofos.

En las más de las historias de la filosofía que conozco se nos presenta a los sistemas como originándose los unos de los otros, y sus autores, los filósofos, apenas aparecen sino como meros pretextos. La íntima biografía de los filósofos, de los hombres que filosofaron, ocupa un lugar secundario. Y es ella, sin embargo, esa íntima biografía la que más cosas nos explica.

Cúmplenos decir, ante todo, que la filosofía se acuesta más a la poesía que no a la ciencia. Cuantos sistemas filosóficos se han fraguado como suprema concinación de los resultados finales de las ciencias particulares, en un período cualquiera, han tenido mucha menos consistencia y menos vida que aquellos otros que representaban el anhelo integral del espíritu de su autor.

Y es que las ciencias, importándonos tanto y siendo indispensables para nuestra vida y nuestro pensamiento, nos son, en cierto sentido, más extrañas que la filosofía. Cumplen un fin más objetivo, es decir, más fuera de nosotros. Son, en el fondo, cosa de economía. Un nuevo descubrimiento científico, de los que llamamos teóricos, es como un descubrimiento mecánico; el de la máquina de vapor, el teléfono, el fonógrafo, el aeroplano, una cosa que sirve para algo. Así, el teléfono puede servirnos para comunicarnos a distancia con la mujer amada. ¿Pero esta para qué nos sirve? Toma uno el tranvía eléctrico para ir a oír una ópera; y se pregunta: ¿cuál es, en este caso, más útil, el tranvía o la ópera?

La filosofía responde a la necesidad de formarnos una concepción unitaria y total del mundo y de la vida, y como consecuencia de esa concepción, un sentimiento que engendre una actitud íntima y hasta una acción. Pero resulta que ese sentimiento, en vez de ser consecuencia de aquella concepción, es causa de ella. Nuestra filosofía, esto es, nuestro modo de comprender o de no comprender el mundo y la vida, brota de nuestro sentimiento respecto a la vida misma. Y esta, como todo lo afectivo, tiene raíces subconscientes, inconscientes tal vez.

No suelen ser nuestras ideas las que nos hacen optimistas o pesimistas, sino que es nuestro optimismo o nuestro pesimismo, de origen filosófico o patológico quizá, tanto el uno como el otro, el que hace nuestras ideas.

El hombre, dicen, es un animal racional. No sé por qué no se haya dicho que es un animal afectivo o sentimental. Y acaso lo que de los demás animales le diferencia sea más el sentimiento que no la razón. Más veces he visto razonar a un gato que no reír o llorar. Acaso llore o ría por dentro, pero por dentro acaso también el cangrejo resuelva ecuaciones de segundo grado.

Y así, lo que en un filósofo nos debe más importar es el hombre.

 

Ensayo en inglés sobre la música

El siguiente texto es un ensayo personal sobre la música. Es un ensayo corto y claro que ayudará, en especial, a la práctica del inglés mediante un texto accesible.

For times immemorial, music has been a part of the human since there was even the notion of memory, has been linked with us since we created the simplest form that is contemplated on what is a sound. I believe that the first manifestation of this talent or better said that we have was through a combination of sounds created through the union and agreement with the sounds so that they could have what we know as rhythm, which evolved to reach the concept of music and sounds that we have today.
It is difficult to have a record of all the types of sounds or genres from which the music is derived, starting at the beginning with percussion sounds (drum, or the sound of tapping with any object) deriving time later with the sounds of wind (flute, organ, whistle etc.) to become what we know today with string sounds (guitar, violin, cello, etc ..) and other sounds coming out as synthetics, also known as synthesizers. To this we add the concordance of the mixed sounds that results in a series of compacts that create a rhythm, to which a series of rhythms creates a melody, and from the melody a score is created to arrive at what is known as song.
We can take as an example the sounds of the Egyptian dance, which was used to venerate great days, and to be able to connect the body with the mind, as does the Hindu culture. Others, like Mesoamerican cultures, created music and mixed it with dance to worship and devote their gods. Other artistic manifestations can also be named, such as Greek music, Roman music, continuing with the music of the Middle Ages, reaching the Renaissance, where music took new paths and developed in the humanistic thought and illustration, which were combined with sounds from different parts of the planet ..
Nowadays, music, more than a distraction, is a way to unite ideas with a single purpose, happiness and enjoyment of the human mystical sense. We really do not know why this extraordinary ability to create music through our body interpreted by our senses, and our thoughts, what makes me feel fantastic is to feel that vibration as a kind of chill that gives when you feel music to run throughout your body in any kind of music that is accustomed to listening, be it classical, renaissance, ancient, religious, colonial, cultural or simply artistic, as it is that which makes one dance, this reminds me of a Sufi story, which talks about a deaf man who had never heard music, and it was strange to see the people around him moving in a way as if they were controlled by a divine force, which made them move in an incredible way , and he did not understand why. When one day the doctor of the tribe offered to cure him of his deafness, he understood how beautiful and wonderful music is. Nietszche says it in such a simple way, and at the same time, so sincere: «If in the world music did not exist, life would be a mistake».
I think that music makes us part of something bigger than ourselves, it makes us realize the wonders of life without the need to fall into excess, it is a way of venting ourselves, of finding ourselves. I speak on behalf of all when I say that I have not met a single being who has not enjoyed the wonder of music, and I do not mean only that which is created by man, but also that which is created by nature. , from the song of the bird, the majestic sound of the wind hitting your face that gives a sensation of unprecedented tranquility, or the sound of the leaves when they fall, that really to be able to listen to it has one to be deeply concentrated and relaxed, or the sound of the waves, which give a sensation of inner peace, or the meow of a cat, or the laughter of a newborn, or the sound of whales when they try to communicate with each other, and why not? the sweet sound from a voice that seduces with the words that emanate from its mouth; That dear friends, is what I call music, and if something I’m sure, is that the gift of musical majesty, is an interpretation of our creator, to try to imagine what he is thinking.

Ensayos sobre el día de los muertos en México

El siguiente texto es un ensayo sobre el día de los muertos en México.

El Día de los Muertos es un festival dedicado a la memoria de los muertos, que se celebra del 1 al 2 de noviembre en México. Existe la creencia de que las almas de las personas muertas vienen a sus hogares en estos días

El origen de las vacaciones se remonta a las tribus de Maya, Purépech, Naun y Totonac. Estas personas habían estado alabando a los muertos durante más de 3 mil años.

Los aztecas consideraban que la muerte era más importante que la vida. La vida no valía nada, y creían que al irse, un hombre atravesaba los nueve mundos inferiores en Miktlan, que es el refugio de los muertos. No importa cómo vivía la gente, es importante cómo estaban muriendo.  También se dice que el Día de los Muertos fue traído a México por los españoles.

La muerte era despertar sueños en el presente, para entrar en el mundo de los muertos y aparecer frente a los otros dioses, dependiendo del tipo de caso, lo que les quitaba la vida. Aquellos que han sido sacrificados o murieron como resultado de la guerra, fueron al sol después de la muerte, el mismo destino aguardaba a las mujeres que morían, dando vida al niño. Aquellos que se ahogaron se encontraron en el paraíso

Las almas de los niños muertos eran consideradas preciosas, por eso se quedaron en la casa; el alma que no fue elegida por Dios fue dejada en el inframundo. Para ayudar a las almas a viajar de este mundo al mundo de los muertos, sin demora, las personas que murieron fueron sepultadas o quemadas, junto con cosas, comida, un perro como acompañante y agua para el camino.

En el siglo XVI, cuando comenzó la conquista y la colonización, también comenzó la difusión generalizada de la religión católica. La gente temía a la muerte y al infierno esa vez.

Pero en el siglo dieciocho, dos tipos de actitud hacia la muerte se entrelazaron en un solo culto. Esqueletos y huesos aparecieron de nuevo, pero con un humor festivo y cómico, además, los símbolos católicos aparecieron en las artesanías locales y las comidas. Ahora es una fiesta popular, que involucra a todos los segmentos de la sociedad.

Se cree que las almas de los muertos regresan al mundo de la vida para ver una vez más a sus familias durante dos días. Las casas en estos días se parecen a las criptas, pero las tumbas están decoradas con flores y cintas, y todos los parientes y amigos vienen a honrar la memoria de las personas muertas. Y para que sus almas que regresan a la tierra en forma de mariposas o colibríes no se pierdan, las velas se encienden por doquier, señalándoles el camino a casa

Las fiestas reúnen a los amigos y a la familia para recordar y orar por aquellos que ya han muerto. El culto a los muertos era muy importante para las tribus indias, por lo que hoy en día las ceremonias, los rituales y las tradiciones provienen de ese momento. Uno de los misterios de las vacaciones es el altar, que tradicionalmente se construyó el 31 de octubre.

Cada componente del altar tiene un significado especial. El altar está sobre una mesa cubierta con una tela bordada. El componente más importante es el pan que tiene la forma del cuerpo humano y tiene el nombre del difunto. El pan está rodeado de flores de naranja de caléndula, que simboliza la tristeza. Las velas deben estar ardiendo alrededor del altar (cada una recibe el nombre del difunto). En algunas casas, el camino desde la puerta de entrada al altar está salpicado con pétalos de caléndula, para que el difunto no se pierda. El 1 de noviembre, los mexicanos salen, se encuentran con amigos y luego cenan en casa contando historias divertidas.

El altar habitual, que los mexicanos tienen en este día tiene cosas como: calaveras, frutas, nueces, velas, pan de muerto, alcohol, cigarrillos, papel picada y muchos pétalos de flores.

Y el 2 de noviembre, la gente trae arroz con leche, dulces, tequila, cigarrillos y café al altar. El fondo del altar está decorado con calabazas y rollos de diferentes formas y colores. A veces, la parte del altar es llevada a la tumba del difunto … decorando pistas del cementerio con velas. En esos días, las personas se tratan entre sí en nombre del fallecido, con la esperanza de que en el futuro el fallecido ayude en un momento difícil.

El primer día de la fiesta se llama «Día de los Ángeles» y está dedicado a la conmemoración de los niños pequeños. Para los adultos está destinado a ser el segundo día; que es, de hecho, el Día de los Muertos. Todos los principales eventos y celebraciones son en el segundo día. Es el día en que se organizan las marchas callejeras, especialmente en las ciudades y pueblos pequeños. El camino de la celebración puede ser muy diferente: en algunas zonas del país, los residentes organizan una solemne procesión de antorchas, el tipo de funeral, mientras que otros prefieren la diversión burlesca, colores brillantes, bailes y canciones. Usualmente la gente se disfraza de esqueleto y por la noche todo el país bajo la luz de las antorchas se precipita a las tumbas de los parientes, tomando tequila tradicional, comida favorita de los difuntos y cráneos de azúcar con los nombres de personas muertas en la frente. Por la noche, parece que un río ardiente fluye en dirección al cementerio. En los cementerios, la gente bebe, come y baila (Greenleigh, 1998).

En el Día de los Muertos es común escribir epitafios cómicos y dibujar caricaturas de los difuntos. Por lo tanto, durante las vacaciones la gente puede comprar cráneos de azúcar y chocolate de todos los tamaños, ataúdes de mazapán, esqueletos y mermelada en cada tienda.

Las mujeres hornean pasteles y rosquillas con el patrón de los huesos, las cruces de la masa y otras decoraciones para el altar, para el picnic en el cementerio.

El Día de los Muertos es la fiesta más popular en México. La actitud de los mexicanos hacia la muerte no es habitual; no es trágico, sino un día feliz para reunirse con aquellos que fueron amados por ellos. No es una fiesta trágica, sino un festival triunfal, con la colorida procesión vestida y la música. Esta fiesta es tan significativa, inusual y colorida que en 2003 «fue declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO»

Es muy hermoso e interesante caminar en el cementerio mexicano en el Día de Muertos. Cada tumba es una paz de arte, que puede formar una idea acerca de la persona muerta: si era carpintero o relojero …

Hay un pequeño edificio en cada cementerio, que parece una habitación con un agujero en el techo. Este es un lugar especial que las personas usan para hablar con personas muertas. Si alguien tiene algo importante que decirle a las personas muertas, puede entrar en esta sala y susurrar su información importante. Y si el cajero es sincero, entonces la persona fallecida siempre lo escuchará.

Es necesario decir que, mientras se celebra, las personas cocinan dulces en forma de calaveras y hacen figuritas especiales de esqueletos femeninos vestidos de Katrina  La Calavera de la Catrina). En 2004, los estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México, construyeron un muro de 5.667 cráneos de azúcar, chocolate y caramelo, que tiene 2.667 cráneos más que el antiguo muro. La pared se ha convertido en uno de los registros del Libro Guinness de los Récords

Los mexicanos tienen una actitud muy específica hacia la muerte, es por eso que sus vacaciones en el Día de los Muertos es una de las mejores y populares fiestas en su cultura. Como escribió el famoso poeta mexicano Octavio Paz: «Intrépido mexicano no se siente confundido cuando llega la muerte, está listo para avanzar, para tomar el té, tentarlo, apretarlo en sus brazos, acostarse con él en la cama; es su juguete favorito y el último amor «

Títulos para un ensayo sobre el machismo

Sugerencias de títulos para un ensayo sobre el machismo. El machismo es un mal social, caracterizado por el pensamiento o la actitud de que el varón es superior a la mujer.  En este artículo, presentamos algunas recomendaciones que podrías utilizar al momento de poner nombre a tu ensayo sobre dicho tema.

Sugerencias de títulos o nombres para un ensayo que trate sobre el machismo

El problema del machismo en la sociedad

Argumentos en contra del machismo

¿Porqué muchos defienden el machismo?

El machismo en pleno siglo XXI

El machismo como una pensamiento cavernicola en pleno siglo XXI

El machismo social como impedimento para la plena realización de la mujer

El machismo y violencia de género

Diez datos sobre el machismo en México

Las características del machismo en latinoamérica

El machismo «moderado» como una falsa solución al detrimento de la mujer

El menoscabo de la mujer por culpa de un machismo ilógico

El machismo en la juventud

Razones por las cuales el machismo aún perdura en los jóvenes

Razones para luchar de una vez en contra del machismo en la sociedad

El feminismo como sinónimo de lucha contra la desigualdad del machismo

De la manera como el machismo afecta a las mujeres en la sociedad

Las características del machismo en el ámbito empresarial

El machismo y los desigualdad de salarios entre hombres y mujeres

Ideas para una campaña exitosa en contra del machismo

Las características del machismo «invisible»

El machismo en el imaginario social

Sugerencias para educar a los niños fuera del machismo

El machismo en la carrera política

El machismo como una violencia social y psicológica en contra de la mujer

El machismo en el cine

El machismo en la música

El machismo en los colegios

 

 

 

 

Ensayos sobre el machismo en México

El siguiente texto es un ensayo sobre el machismo en México.

La cultura hispana se asocia tradicionalmente con distintos roles de género para hombres y mujeres, conocidos como «machismo» y «marianismo», que dictan ciertas expectativas de comportamiento para los miembros de esa comunidad. Además, hay un fuerte énfasis en la familia y la comunidad («familismo») que interactúa con las expectativas de la pareja y la toma de decisiones al tiempo que refuerza la importancia de las normas culturales y sociales.

La cultura mexicana mestiza le da un gran valor a la «hombría». Una característica destacada de la sociedad es una clara delimitación entre los roles desempeñados por hombres y mujeres. En general, se espera que los hombres sean dominantes e independientes y las mujeres sumisas y dependientes. El claro límite entre los roles masculino y femenino en México parece deberse en parte a un ideal hipermasculino definido culturalmente denominado machismo. En la perspectiva machista, la ofensa más grande de un hombre contra la norma es no actuar como un hombre.

Pero el machismo se trata tanto de las relaciones de poder entre los hombres como de establecer el dominio de los hombres sobre las mujeres. No es exclusiva o principalmente un medio de estructurar las relaciones de poder entre hombres y mujeres. Es un medio de estructurar el poder entre los hombres. Al igual que beber, apostar, arriesgar, afirmar sus opiniones y pelear, la conquista de mujeres es una hazaña que se realiza con dos audiencias en mente: primero, otros hombres, a los que uno debe demostrar constantemente su masculinidad y virilidad; y segundo, a uno mismo, a quien también se debe mostrar todos los signos de masculinidad.

El machismo, entonces, es una cuestión de afirmar constantemente la propia masculinidad mediante prácticas que muestran que el yo es «activo», no «pasivo» … Las victorias de ayer cuentan para el mañana pequeño. Una de esas prácticas es un juego continuo de combate verbal y de superación, un intento constante de forzar a los rivales masculinos a asumir el rol femenino, en una búsqueda interminable para evitar adoptar ellos mismos el papel. Cada uno de los oradores trata de humillar a su adversario con trampas verbales e ingeniosas combinaciones lingüísticas, y el perdedor es la persona que no puede pensar en un regreso, que tiene que tragarse las burlas de su oponente. Estas burlas están llenas de alusiones sexuales agresivas; el ganador es poseído, es violado por el ganador, y los espectadores se ríen y se burlan de él.

Un modelo biológico de machismo afirma que los hombres en todas partes tienden a ser más agresivos que las mujeres, una diferencia de sexo que parece tener una base genética. Una teoría moderna de la sociobiología ofrece otra explicación para el comportamiento del macho. De acuerdo con esta teoría, gran parte del comportamiento animal, y tal vez humano, está influenciado por el impulso de que los genes propios se reproduzcan. Una teoría psicológica generalmente aceptada considera el machismo como una expresión de un complejo de inferioridad. La mayoría de las investigaciones sobre el machismo están restringidas a las clases más bajas. La investigación de México, Puerto Rico, Inglaterra y los Estados Unidos sugiere que los varones de clase baja sufren de inseguridad laboral y compensan sus sentimientos de inferioridad al exagerar su masculinidad y al subordinar a las mujeres. Otros estudios señalan las distantes relaciones padre-hijo como un factor que conduce a sentimientos de inferioridad y al desarrollo del machismo. Las mujeres pueden apoyar el machismo siendo sumisas, dependientes y pasivas.

La masculinidad hegemónica puede considerarse un problema de salud pública porque promueve el comportamiento agresivo, la violencia hacia hombres y mujeres y la autolesión. «Ser hombre» dentro de ese patrón implica estrés, tensión y ansiedad para demostrar la propia masculinidad. Para los hombres, el énfasis cultural en el machismo puede traducirse en un resultado positivo donde el hombre sirve como proveedor y sacrificios para la familia o uno negativo que enfatiza la dominación y el control. El lado positivo de esta expectativa de género es que alienta a los hombres a trabajar duro para proporcionar y proteger a su familia.

El papel principal enfatizado para las mujeres en la tradición hispana es el de la madre en lugar de la esposa. La construcción cultural del «familismo» se define como un énfasis en las relaciones familiares y un fuerte valor puesto en la maternidad como parte integral de la vida familiar y el rol del género femenino. Esto lleva a las mujeres a definirse a sí mismas a través de su familia y sus hijos, en lugar de hacerlo de manera independiente o como parte de una pareja. El papel de mártir también se idealiza, y se espera que las mujeres sean sumisas y se sacrifiquen por sus familias

A partir de los años setenta y durante las siguientes dos décadas, se produjeron cambios dramáticos en el papel de las mujeres en la economía mexicana. En 1990, las mujeres representaban el 31 por ciento de la población económicamente activa, el doble del porcentaje registrado veinte años antes. La demografía de las mujeres en la fuerza de trabajo también cambió durante este período. En 1980, la trabajadora típica tenía menos de veinticinco años. Su participación en la fuerza laboral generalmente era transitoria y terminaría después del matrimonio o el parto. Sin embargo, después de la década de 1970, un movimiento feminista emergente hizo más aceptable que las mujeres mexicanas educadas siguieran una carrera. Además, la crisis económica de la década de 1980 requirió que muchas mujeres casadas volvieran al mercado de trabajo para ayudar a complementar los ingresos de sus maridos. Alrededor del 70 por ciento de las trabajadoras a mediados de la década de 1990 estaban empleadas en el sector terciario de la economía, por lo general a salarios inferiores a los de los hombres.

La presencia creciente de mujeres en la fuerza de trabajo contribuyó a algunos cambios en las actitudes sociales, a pesar de la prevalencia de otras actitudes más tradicionales. La encuesta de opinión nacional de 1995 de la UNAM, por ejemplo, encontró una creciente aceptación de que los hombres y las mujeres deberían compartir las responsabilidades familiares. Aproximadamente la mitad de todos los encuestados estuvieron de acuerdo en que los esposos y las esposas deben manejar conjuntamente los deberes del cuidado de los niños y realizar las tareas domésticas. Sin embargo, tales puntos de vista estaban fuertemente relacionados con los ingresos y el nivel educativo. Los encuestados de bajos ingresos y con una educación mínima consideraban las tareas domésticas como trabajo de mujeres. Los miembros de los hogares de clase trabajadora tenían normas y valores tradicionales con respecto a los roles de hombres y mujeres. Además, estas mujeres a menudo estaban sujetas al control, la dominación y la violencia de los hombres.

Ensayo literario sobre la amistad

El texto siguiente es un ensayo literario sobre el tema de la amistad.

La amistad es una relación devota entre dos personas en la que ambos tienen verdadero sentimiento de amor, cuidado y afecto mutuo sin ninguna exigencia ni malentendido. En general, la amistad se produce entre dos personas que tienen los mismos gustos, sentimientos y sentimientos. Se considera que la amistad no tiene limitaciones de edad, sexo, posición, casta, religión y credo, pero a veces se ve que la disparidad económica u otra diferenciación daña la amistad. Por lo tanto, se puede decir que la amistad real y verdadera es posible entre dos personas con una mentalidad similar y con una mentalidad uniforme que se tienen afecto mutuo.

Hay muchos amigos en el mundo que siempre permanecen juntos en el momento de la prosperidad, pero solo amigos verdaderos, sinceros y fieles que nunca nos dejan estar solos en nuestros malos momentos, tiempos de dificultades y problemas. Nuestros malos tiempos nos hacen darnos cuenta de nuestros buenos y malos amigos. Todos tienen una atracción hacia el dinero por naturaleza, pero los verdaderos amigos nunca nos hacen sentir mal cuando necesitamos dinero u otro tipo de apoyo. Sin embargo, a veces el préstamo o el préstamo de dinero de amigos mantiene la amistad en gran riesgo. La amistad puede verse afectada en cualquier momento por los demás o por los propios, por lo que debemos hacer un balance en esta relación.

A veces la amistad se rompe debido al ego y la cuestión del respeto por uno mismo. La verdadera amistad necesita una comprensión adecuada, satisfacción, ayuda a la naturaleza a confiar. El verdadero amigo nunca explota pero tiende a motivarse para hacer las cosas correctas en la vida. Pero a veces el significado de la amistad cambia por completo debido a algunos amigos falsos y fraudulentos que siempre usan otra de manera incorrecta. Algunas personas tienden a unirse lo más pronto posible, pero también tienden a terminar su amistad tan pronto como sus intereses se cumplan. Es difícil decir algo malo acerca de la amistad, pero es cierto que cualquier persona descuidada es engañada en la amistad. Ahora, un día, es muy difícil encontrar verdaderos amigos entre la multitud de personas malas y buenas, pero si alguien tiene un verdadero amigo, ningún otro que él sea afortunado y valioso en el mundo.

La verdadera amistad puede ser entre humanos y humanos y humanos y animales. No hay ninguna duda de que los mejores amigos ayudan en nuestras dificultades y malos momentos de la vida. Los amigos siempre intentan salvarnos en nuestros peligros y nos brindan consejos oportunos. Los verdaderos amigos son los mejores activos de nuestra vida, ya que comparten nuestro dolor, calman nuestro dolor y nos hacen sentir felices.

Ejemplo de ensayo sobre la tecnología

Es más fácil decirlo que hacerlo. Sin embargo, no es imposible, muy lejos de eso, de hecho. Escribir un ensayo excelente ensayo sobre tecnología no tiene por qué ser difícil. La mejor manera de asegurarse de que no te falta nada es mirar un buen ejemplo. Además, elegir el tema correcto es importante. Hay muchos temas sobre ensayos de tecnología, pero debe elegir uno sobre el que se sienta cómodo escribiendo. Mientras conozcas el tema, puedes escribir elocuentemente y mantener a tus lectores interesados. Esto, a su vez, generalmente garantiza una buena calificación de parte de tu maestro. Para ayudarte, hemos creado una muestra que puede usar después de agregarle más contenido. 

Los efectos de la tecnología en nuestro mundo

La tecnología afecta a personas en todo el mundo, tanto positiva como negativamente. Si bien estoy de acuerdo en que los avances en tecnología han hecho que nuestros países sean más seguros y nuestras vidas más fáciles, también han afectado negativamente nuestras vidas. Mis padres no crecieron frente a una computadora o una PlayStation. No pasaron horas cada día mirando lo que sus amigos virtuales están haciendo en Facebook, Instagram y Twitter. En cambio, salieron con amigos de carne y hueso, jugaron al fútbol o simplemente se pasearon por el bosque. Pero, por supuesto, no pagaron un helado con tarjeta de crédito y no compraron entradas para el cine en línea.

Los avances en la tecnología nos han llevado a la banca en línea, a los autos inteligentes, los televisores inteligentes, las computadoras veloces y los últimos rumores: la realidad virtual. Sin embargo, también nos trajeron guerra cibernética, piratas informáticos, robo de identidad, acoso cibernético y una serie de otras cosas malas. Además, la gente comenzó a ser floja y más ignorante. Atrás quedaron los días en que las personas acudían en masa a la biblioteca, aunque solo fuera para investigar un tema de la escuela. Hoy en día, uno puede encontrar todo en Internet. En lugar de jugar un poco de fútbol o tener una divertida pelea de bolas de nieve, los niños juegan videojuegos durante horas.

Las bicicletas han sido reemplazadas por bicicletas eléctricas (bicicletas eléctricas). Los patines han sido reemplazados por patines eléctricos motorizados. Sí, son divertidos; no puedo discutir eso! Sin embargo, están haciendo que los niños sean más sedentarios. Y, como saben, un estilo de vida sedentario tiene importantes consecuencias negativas para la salud. La gente olvida lentamente que la actividad física es una parte importante de un estilo de vida equilibrado y saludable. En consecuencia, los avances en la tecnología están teniendo efectos negativos en nuestra salud.

Estoy de acuerdo en que la tecnología nos ha llevado a Marte. Muchos crímenes ya no quedan impunes debido a las tecnologías innovadoras que ayudan a los investigadores criminales a encontrar a los culpables. Miles de vidas se salvan cada año con las últimas tecnologías médicas (utilizadas para realizar cirugías complejas e identificar enfermedades que amenazan la vida). No hay dudas al respecto: la tecnología es una parte integral de nuestra vida cotidiana.

En conclusión, todo depende de cómo uses la tecnología. Poco a poco se está apoderando del mundo y puedes encontrarlo en cualquier lugar a tu alrededor. Cómo usas la tecnología es importante. Está diseñado para facilitar nuestras vidas, pero nunca debería reemplazar el ejercicio físico, caminar, leer y socializar con seres humanos reales.

 

Títulos para un ensayo sobre el destino

A continuación, proponemos una lista de posibles nombres para un ensayo que trate sobre el tema del destino. Recordemos que el ensayo es un género literario y argumentado sobre un tema. Lo importante es que el autor del mismo sepa transmitir su pensamiento de manera original y concisa.

Títulos o nombres para un ensayo sobre el tema del destino

  • El destino como un «dios misterioso» que todo lo ordena
  • Reflexión sobre el destino.¿ Podemos escapar del mismo?
  • El destino en la concepción moderna
  • Creer en el destino no es lo mismo que creer en Dios
  • Dios no es hacedor de «destinos»
  • ¿Es el destino un eterno laberinto del que no podemos escapar?
  • El destino no rige tu vida.
  • El destino como fuerza inevitable que gobierna la existencia
  • El destino. Análisis de los argumentos a favor y en contra de su existencia
  • El destino como conjunto de circunstancias misteriosas
  • EL amor y el destino
  • El destino es un ordenador que rige en forma invisible nuestras vidas
  • El destino no es fatal. Es necesario
  • El destino de cada uno ya está escrito
  • El destino no se acepta, se elige
  • El hombre como amo y señor de su destino
  • El destino es el resultado de una elección cotidiana
  • El destino es la meta de las pequeñas decisiones
  • El destino como un conjunto de etapas en la vida de una persona
  • El destino como un camino incierto e inevitable
  • El destino como un camino irreversible
  • La búsqueda del destino es la misma búsqueda de la realización personal
  • El destino y la voluntad del ser humano
  • El destino en la concepción filosofica
  • El destino y nuestro libre albedrío
  • Si el destino existe, entonces no existe la responsabilidad

Biografía corta de José Martí

El poeta y periodista José Martí pasó su corta vida luchando por la independencia de Cuba.
A veces llamado el Apóstol de la Revolución Cubana, José Martí nació en La Habana en 1853. Mostró talento para la escritura y la política revolucionaria a una edad temprana. La famosa canción patriótica «Guantanamera» es una adaptación de su colección de poesía Versos Sencillos y ganó mayor popularidad en 1963 cuando fue grabada por el cantante folk Pete Seeger. Primero exiliado de Cuba en 1871, Martí pasó la mayor parte de su vida en el extranjero. En 1895, regresó a Cuba para luchar por su independencia y murió en el campo de batalla.

Un revolucionario de nacimiento
José Martí nació de padres inmigrantes españoles pobres en La Habana, Cuba, el 28 de enero de 1853. Demostrando habilidades artísticas naturales desde una edad temprana, originalmente realizó estudios de pintura antes de dedicar sus energías a la escritura. Para cuando tenía 16 años, su poesía y otros trabajos aparecían impresos.

Al mismo tiempo que estaba desarrollando sus talentos literarios, Martí también estaba formando su conciencia política. Le apasionaban los crecientes esfuerzos revolucionarios por liberar a Cuba de España, conocida como la Guerra de los Diez Años, y pronto dedicó sus habilidades como escritor a promover la causa. Con ese fin, en 1869 Martí creó el periódico La Patria Libre, en el que publicó varios poemas significativos, incluido el dramático «Abdala», en el que describió la liberación de un país imaginario.

En el exilio
Ese mismo año, las críticas de Martí al gobierno español llevaron a su arresto. Inicialmente fue condenado a seis años de trabajos forzados, pero en 1871 fue liberado y deportado a España. Allí Martí publicó el folleto Encarcelamiento político en Cuba, describiendo el duro trato que había recibido en la cárcel. Mientras publicaba sus escritos políticos, también amplió su educación, estudiando derecho en la Universidad Central de Madrid y más tarde en la Universidad de Zaragoza, donde completó su licenciatura en 1874.

En 1875, Martí se mudó a México, donde continuó su campaña por la independencia de Cuba. Contribuyó a varios periódicos allí y se involucró en la comunidad artística de la Ciudad de México. Pero pronto se desilusionó con el gobierno del país y se mudó a Guatemala en 1877. Martí se convirtió en profesor en la Universidad Nacional, donde enseñó literatura, historia y filosofía. También se casó con Carmen Zayas Bazán.

Nuestra América
Cuando la Guerra de los Diez Años terminó con una amnistía general en 1878, Martí y Carmen regresaron a Cuba, donde tuvieron un hijo, José, ese noviembre. Inicialmente, Martí intentó ejercer la abogacía, pero el gobierno no lo permitió y se vio obligado a buscar trabajo como maestro. Sin embargo, al año siguiente, después de que los agricultores, los esclavos y otros chocaron con las tropas españolas en Santiago de Cuba, Martí fue arrestado y acusado de conspiración, lo que obligó una vez más al escritor revolucionario a abandonar su patria.

Después de andanzas que incluyeron estadías en Francia y Venezuela, para 1881, Martí se había establecido en la ciudad de Nueva York, donde escribió en inglés y español para varios periódicos, incluida una columna regular para La Nación en Buenos Aires. Abordando una variedad de temas, Martí fue tan hábil en los comentarios sociales y políticos como lo fue en la crítica literaria. Escribió ensayos bien recibidos sobre poetas como Walt Whitman, y compartió sus impresiones de los Estados Unidos como corresponsal. En uno de sus ensayos más famosos, «Nuestra América» ​​(1881), hizo un llamamiento para que los países de América Latina se unan. También sugirió que estos países aprendan de los Estados Unidos, pero establezcan gobiernos basados ​​en sus propias culturas y necesidades. También continuó escribiendo y publicando poesía durante este tiempo, incluidas las colecciones Ismaelillo (1882) y Versos Sencillos (1891).

Además de escribir, Martí trabajó como diplomático para varias naciones latinoamericanas, sirviendo como cónsul para Uruguay, Paraguay y Argentina. Sin embargo, nunca se olvidó de Cuba durante su tiempo en el extranjero. Viajando por los Estados Unidos, Martí desarrolló lazos con otros cubanos que viven en el exilio.

El patriota
En 1892, Martí se convirtió en delegado del Partido Revolucionario Cubano y comenzó a desarrollar planes para invadir su patria. Entre sus ideas para un nuevo gobierno cubano, Martí procuró evitar que una clase o grupo tomara el control total del país. También quería derrocar al liderazgo existente rápidamente, para evitar que Estados Unidos interviniera en el asunto. Si bien admiraba mucho de Estados Unidos, a Martí le preocupaba que el vecino del norte de Cuba tratara de apoderarse de la isla.

Martí pronto unió fuerzas con dos generales nacionalistas de la Guerra de los Diez Años, Máximo Gómez y Antonio Maceo, y recaudó fondos de exiliados cubanos y organizaciones políticas para apoyar sus esfuerzos. El 31 de enero de 1895, Martí salió de la ciudad de Nueva York para dirigirse a Cuba, donde él y sus partidarios llegaron el 11 de abril para comenzar su lucha. Martí fue asesinado a tiros por las tropas españolas en Dos Ríos el 19 de mayo.

A través de su vida y sus escritos, Martí sirvió de inspiración para los revolucionarios de todo el mundo. El líder cubano Fidel Castro lo ha nombrado como una influencia importante en su propia revolución en Cuba décadas más tarde. Martí ahora es considerado un héroe nacional en Cuba y es honrado por una estatua conmemorativa en la Plaza de la Revolución en La Habana, así como por el aeropuerto internacional que lleva su nombre. La popular canción patriótica popular «Guantanamera» presenta letras adaptadas de sus Versos Sencillos y más tarde se hizo famosa cuando fue grabada por el cantante estadounidense Pete Seeger

Ensayo Verdad y Vida de Miguel de Unamuno

VERDAD Y VIDA

Uno de los que leyeron aquella mi correspondencia aquí publicada, a la que titulé Mi religión, me escribe rogándome aclare o amplíe aquella fórmula que allí empleé de que debe buscarse la verdad en la vida y la vida en la verdad. Voy a complacerle procediendo por partes.

Primero la verdad en la vida.

Ha sido mi convicción de siempre, más arraigada y más corroborada en mí cuanto más tiempo pasa, la de que la suprema virtud de un hombre debe ser la sinceridad. El vicio más feo es la mentira, y sus derivaciones y disfraces, la hipocresía y la exageración. Preferiría el cínico al hipócrita, si es que aquél no fuese algo de éste.

Abrigo la profunda creencia de que si todos dijésemos siempre y en cada caso la verdad, la desnuda verdad, al principio amenazaría hacerse inhabitable la Tierra, pero acabaríamos pronto por entendernos como hoy no nos entendemos. Si todos, pudiendo asomarnos al brocal de las conciencias ajenas, nos viéramos desnudas las almas, nuestras rencillas y reconcomios todos fundiríanse en una inmensa piedad mutua. Veríamos las negruras del que tenemos por santo, pero también las blancuras de aquel a quien estimamos un malvado.

Y no basta no mentir, como el octavo mandamiento de la ley de Dios nos ordena, sino que es preciso, además, decir la verdad, lo cual no es del todo lo mismo. Pues el progreso de la vida espiritual consiste en pasar de los preceptos negativos a los positivos. El que no mata, ni fornica, ni hurta, ni miente, posee una honradez puramente negativa y no por ello va camino de santo. No basta no matar, es preciso acrecentar y mejorar las vidas ajenas; no basta no fornicar, sino que hay que irradiar pureza de sentimiento; ni basta no hurtar, debiéndose acrecentar y mejorar el bienestar y la fortuna pública y las de los demás; ni tampoco basta no mentir, sino decir la verdad.

Hay ahora otra cosa que observar—y con esto a la vez contesto a maliciosas insinuaciones de algún otro espontáneo y para mí desconocido corresponsal de esos pagos—, y es que como hay muchas, muchísimas más verdades por decir que tiempo y ocasiones para decirlas, no podemos entregarnos a decir aquellas que tales o cuales sujetos quisieran dijésemos, sino aquellas otras que nosotros juzgamos de más momento o de mejor ocasión. Y es que siempre que alguien nos arguye diciéndonos por qué no proclamamos tales o cuales verdades, podemos contestarle que si así como él quiere hiciéramos, no podríamos proclamar tales otras que proclamamos. Y no pocas veces ocurre también que lo que ellos tienen por verdad y suponen que nosotros por tal la tenemos también, no es así.

Y he de decir aquí, por vía de paréntesis, a ese malicioso corresponsal, que si bien no estimo poeta al escritor a quien él quiere que fustigue nombrándole, tampoco tengo por tal al otro que él admira y supone, equivocándose, que yo debo admirar. Porque si el uno no hace sino revestir con una forma abigarrada y un traje lleno de perendengues y flecos y alamares un maniquí sin vida, el otro dice, sí, algunas veces cosas sustanciosas y de brío —entre muchas patochadas— pero cosas poco o nada poéticas, y, sobre todo, las dice de un modo deplorable, en parte por el empeño de sujetarlas a rima, que se le resiste. Y de esto le hablaré más por extenso en una correspondencia que titularé: Ni lo uno ni lo otro.

Y volviendo a mi tema presente, como creo haber dicho lo bastante sobre lo de buscar la verdad en la vida, paso a lo otro, de buscar la vida en la verdad.

Y es que hay verdades muertas y verdades vivas, o mejor dicho: puesto que la verdad no puede morir ni estar muerta, hay quienes reciben ciertas verdades como cosa muerta, puramente teórica y que en nada les vivifica el espíritu.

Kierkegaard dividía las verdades en esenciales y accidentales, y los pragmatistas modernos, a cuya cabeza va Guillermo James, juzgan de una verdad o principio científico según sus consecuencias prácticas. Y así, a uno que dice creer haya habitantes en Saturno, le preguntan cuál de las cosas que ahora hace no haría o cuál de las que no hace haría en caso de no creer que haya habitantes en tal planeta, o en qué se modificaría su conducta si cambiase de opinión a tal respecto. Y si contesta que en nada, le replican que ni eso es creer cosa alguna ni nada que se le parezca.

Pero este criterio así tomado —y debo confesar que no lo toman así, tan toscamente, los sumos de la escuela— es de una estrechez inaceptable. El culto a la verdad por la verdad misma es uno de los ejercicios que más eleva el espíritu y lo fortifica.

En la mayoría de los eruditos, que suele ser gente mezquina y envidiosa, la rebusca de pequeñas verdades, el esfuerzo por rectificar una fecha o un nombre, no pasa de ser o un deporte o una monomanía o un puntillo de pequeña vanidad; pero en un hombre de alma elevada y serena, y en los eruditos de erudición que podría llamarse religiosa, tales rebuscas implican un culto a la verdad. Pues le que no se acostumbra a respetarla en lo pequeño, jamás llegará a respetarla en lo grande. Aparte de que no siempre sabemos qué es lo grande y qué lo pequeño, ni el alcance de las consecuencias que pueden derivarse de algo que estimemos, no ya pequeño, sino mínimo.

Todos hemos oído hablar de la religión de la ciencia, que no es —¡Dios nos libre!— un conjunto de principios y dogmas filosóficos derivados de las conclusiones científicas y que vayan a sustituir a la religión, fantasía que acarician esos pobres cientificistas de que otras veces os he hablado, sino que es el culto religioso a la verdad científica, la sumisión del espíritu ante la verdad objetivamente demostrada, la humildad de corazón para rendirnos a lo que la razón nos demuestre ser verdad, en cualquier orden que fuere y aunque no nos agrade.

Este sentimiento religioso de respeto a la verdad, ni es muy antiguo en el mundo ni lo poseen más los que hacen más alarde de religiosidad. Durante los primeros siglos del cristianismo y en la Edad Media, el fraude piadoso —así se le llama: pia fraus— fue corriente. Bastaba que una cosa se creyese edificante para que se pretendiera hacerla pasar por verdadera. Cabiendo, como cabe, en una cuartilla del tamaño de un papelillo de fumar cuanto los Evangelios dicen de José, el esposo de María, hay quien ha escrito una Vida de San José, patriarca, que ocupa 600 páginas de compacta lectura ¿Qué puede ser su contenido sino declamaciones o piadosos fraudes?

De cuando en cuando recibo escritos, ya de católicos, ya de protestantes —más de éstos, que tienen más espíritu de proselitismo, que de aquéllos— en que se trata de demostrarnos tal o cual cosa conforme a su credo, y en ellos suele resplandecer muy poco el amor a la verdad. Retuercen y violentan textos evangélicos, los interpretan sofísticamente y acumulan argucias nada más que para hacerles decir, no lo que dicen, sino lo que ellos quieren que digan. Y así resulta que esos exegetas tachados de racionalismo —no me refiero, claro está, a los sistemáticos detractores del cristianismo, como Nietzsche, o a los espíritus ligeros que escriben disertaciones tratando de probar que el Cristo no existió, que fue discípulo de Buda, u otra fantasmagoría por el estilo—, esos exegetas han demostrado en su religioso culto a la verdad una religiosidad mucho mayor que sus sistemáticos refutadores y detractores.

Y este amor y respeto a la verdad y este buscar en ella vida, puede ejercerse investigando las verdades que nos parezcan menos pragmáticas.

Ya Platón hacía decir a Sócrates en el Parménides, que quien de joven no se ejercitó en analizar esos principios metafísicos, que el vulgo estima ocupación ociosa y de ociosos, jamás llegará a conseguir verdad alguna que valga. Es decir, traduciendo al lenguaje de hoy ahí, en esa tierra, que los cazadores de pesos que desprecian las macanas jamás sabrán nada que haga la vida más noble, y aunque se redondeen de fortuna tendrán pobrísima el alma, siendo toda su vida unos beocios; y siglos más tarde que Platón, otro espíritu excelso, aunque de un temple distinto al de aquél, el canciller Bacon, escribió que «no se han de estimar inútiles aquellas ciencias que no tienen uso, siempre que agucen y disciplinen el ingenio».

Éste es un sermón que hay que estarlo predicando a diario —y por mí no quedará— en aquellos países, entre aquellas gentes donde florece la sobreestimación a la ingeniería con desdén de otras actividades.

En el vulgo es esto inevitable, pues no juzga sino por los efectos materiales, por lo que le entra por los ojos. Y así, es muy natural que ante el teléfono, el fonógrafo y otros aparatos que le dicen ser invención de Edison —aunque en rigor sólo en parte lo sean de este diestro empresario de invenciones técnicas— se imaginen que el tal Edison es el más sabio y más genial de los físicos hoy existentes e ignoren hasta los nombres de tantos otros que le superan en ciencia. Ellos, los del vulgo, no han visto ningún aparato inventado por Maxwell, verbigracia, y se quedan con su Edison, lo mismo que se quedan creyendo que el fantástico vulgarizador Flammarión es un estupendo astrónomo.

Mal éste que, con el del cientificismo, tiene que ser mayor que en otros en países como ése, formados en gran parte de emigrantes de todos los rincones del mundo que van en busca de fortuna, y cuando la hacen, procuran instruirse de prisa y corriendo, y en países además donde los fuertes y nobles estudios filosóficos no gozan de estimación pública y donde la ciencia pura se supedita a la ingeniería, que es la que ayuda a ganar pesos. Al menos, por lo pronto.

Y digo por lo pronto, porque donde la cultura es compleja, han comprendido todos el valor práctico de la pura especulación y saben cuánta parte cabe a un Kant o un Hégel en los triunfos militares e industriales de la Alemania moderna. Y saben que si cuando Staudt inició la geometría pura o de posición esta rama de la ciencia no pasaba de ser una gimnástica mental, hoy se funda en ella mucha parte del cálculo gráfico que puede ser útil hasta para el tendido de cables.

Pero aparte esta utilidad mediata o a largo plazo que pueden llegar a cobrar los principios científicos que nos aparezcan más abstractos, hay la utilidad inmediata de que su investigación y estudio educa y fortifica la mente mucho mejor que el estudio de las aplicaciones científicas.

Cuando nosotros empezamos a renegar de la ciencia pura, que nunca hemos cultivado de veras —y por eso renegamos de ella— y todo se nos vuelve hablar de estudios prácticos, sin entender bien lo que esto significa, están los pueblos en que más han progresado las aplicaciones científicas escarmentándose del politecnicismo y desconfiando de los practicones. Un mero ingeniero —es decir, un ingeniero sin verdadero espíritu científico, porque los hay que le tienen— puede ser tan útil para trazar una vía férrea como un buen abogado para defender un pleito; pero ni aquél hará avanzar a la ciencia un paso, ni a éste le confiaría yo la reforma de la constitución de un pueblo.

Buscar la vida en la verdad es, pues, buscar en el culto de ésta ennoblecer y elevar nuestra vida espiritual y no convertir a la verdad, que es, y debe ser siempre viva, en un dogma, que suele ser una cosa muerta.

Durante un largo siglo pelearon los hombres, apasionándose, por si el Espíritu Santo procede del Padre solo o procede del Padre y del Hijo a la vez, y fue esa lucha la que dio origen a que en el credo católico se añadiera lo de Filioque, donde dice qui ex Patre Filioque procedit; pero hoy ¿a qué católico le apasiona eso? Preguntadle al católico más piadoso y de mejor buena fe, y buscadlo entre los sacerdotes, por qué el Espíritu Santo ha de proceder del Padre y del Hijo y no sólo del primero, o qué diferencia implica en nuestra conducta moral y religiosa el que creamos una cosa o la otra, dejando a un lado lo de la sumisión a la Iglesia, que así ordena se crea, y veréis lo que os dice. Y es que eso, que fue en un tiempo expresión de un vivo sentimiento religioso a la que en cierto respecto se puede llamar verdad de fe —sin que con esto quiera yo afirmar su verdad objetiva— no es hoy más que un dogma muerto.

Y la condena del actual Papa contra las doctrinas del llamado modernismo, no es más sino porque los modernistas —Loisy, Le Roy, el padre Tyrrell, Murri, etc.— tratan de devolver vida de verdades a dogmas muertos, y el Papa, o mejor dicho sus consejeros —el pobrecito no es capaz de meterse en tales honduras—, prevén, con muy aguda sagacidad, que en cuanto se trate de vivificar los tales dogmas, acaban éstos por morirse del todo. Saben que hay cadáveres que al tratar de insuflarles nueva vida se desharían en polvo.

Y ésta es la principal razón por qué se debe buscar la vida de las verdades todas, y es para que aquellas que parecen serlo y no lo son se nos muestren como en realidad son, como no verdades o verdades aparentes tan sólo. Y lo más opuesto a buscar la vida en la verdad es proscribir el examen y declarar que hay principios intangibles. No hay nada que no deba examinarse. ¡Desgraciada la patria donde no se permite analizar el patriotismo!

Y he aquí cómo se enlazan la verdad en la vida y la vida en la verdad, y es que aquellos que no se atreven a buscar la vida de las que dicen profesar como verdades, jamás viven con verdad en la vida. El creyente que se resiste a examinar los fundamentos de su creencia es un hombre que vive en insinceridad y en mentira. El hombre que no quiere pensar en ciertos problemas eternos, es un embustero y nada más que un embustero. Y así suele ir tanto en los individuos como en los pueblos la superficialidad unida a la insinceridad. Pueblo irreligioso, es decir, pueblo en que los problemas religiosos no interesan a casi nadie —sea cual fuere la solución que se les dé—, es pueblo de embusteros y exhibicionistas, donde lo que importa no es ser, sino parecer ser.

He aquí cómo entiendo lo de la verdad en la vida y la vida en la verdad.

Salamanca, febrero de 1908.
Mi religión y otros ensayos, 1910.